miércoles, diciembre 21, 2005

Diario de Carolina I

Dos ardillas se comen entre ellas. Lucía dice que así es. Siempre. Daler, de Tajikistan, se acaba de ir. Se asombraba porque yo bebía con mi mamá. "En mi país no puedo beber con mi padre; más bien le sirvo los tragos", dijo. Me acordé cuando en una cantina de Praga conocí a un maestro de Arabia Saudita que debía que viajar por algún tiempo con su papá. "No mames", le espete, "¿Por qué debes, man?". "Porque tengo que cargarle su pinche equipaje". Ahora, a la distancia, sonrío anárquicamente sin de nuevo entender bien a bien qué pasa. Siempre pensé así, en ubicar los tonos jerárquicos, en saber sobre los temas mundanos que van más allá de un vaso de tequila. Pero soy intolerante: Amal sigue insistiendo en que su país (Palestina) no existe. Me incomodo un poco y transgredo mis límites. Sólo digo I agree y termino el tequila. Mañana vamos a Asheville; dicen que es frio. Ya compraré unos guantes.

CAS

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