jueves, julio 10, 2003

De regreso en casa. Cuando uno está fuera del dulce hogar mucho tiempo, al regresar se suele encontrar una sensación enigmática que tiende a la lascivia; como ganas de aparecer en las secciones de nota roja; como deseos de matar o amar a una mujer (al cabo es lo mismo). En definitiva, la nariz hace a los hombres perros miserables. La historia de mi casa pasa por un mosaico incomprensible de olores perniciosos.

CAS

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