sábado, marzo 22, 2003

Recién ahora llego a mi casa; el jueves fue el examen de doctorado del Olis y los festejos terminaron hace un par de horas. Y por supuesto que teníamos que celebrar: ¿a quién en su sano juicio se le ocurre hacer un doctorado en filosofía?, o más aun, ¿quién hace una tesis titulada Hermenéutica y construcción del sentido histórico? Esto sólo muestra la decadencia del pensamiento occidental; por eso hay guerra, pues. En fin, será de Dios. La ruta trágica de ayer empezó en la mañana con unos caldos de haba aquí en la Del Valle, después unos pulquetes en "La hija de los apaches", unas guamas en el "Orizaba", alias "Horroris bar", unos vodkas en Campeche (aquí hubo una pausa sexual), unos tacos en los Naranja y unos tequilas y rones en el Tándem. Terminamos en la ya célebre casa de Alfonso Reyes bebiendo alcohol dudoso en vasos asimétricos. Los distinguidos guerreros fueron Nicoménicus, Costeñita Norteña, Asakhira, el Olis y un servidor. Confesaré que lo mejor fueron los curados de guayaba, piña colada y avena. Va.

CAS

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