sábado, febrero 08, 2003

Las cosas están así: peso 140 kilos y tengo un porcentaje de masa-grasa de 35%. La idea es cambiar el metabolismo para que en tres semanas esté plenamente equilibrado. Para ese entonces no habré bajado mucho, sólo 4.800 kg., lo cual, viéndolo con cabeza fría, puede resultar irrisorio. Pero no es tanto así. El nutriólogo dice que me quiere poner en 108 kg, un peso ideal para alguien de mi estatura. Lo mejor es que mi alcoholismo no será factor:

-Adrián, el problema es que bebo mucho.

-¿Cuánto es mucho?

-Pues si son cubas, unas ocho.

-Tómate seis.

-Pues si son chelas unas diez.

-Tómate siete.

El caso es que parece que, como el Minotauro, he encontrado a mi redentor. Por increíble que parezca, mi nutriólogo pesa 139.500 kg; su gran problema es que no le funciona la tiroides, pues en su juventud, cuando fue campeón nacional de remo, lo llenaron de esteroides anabólicos. Por lo demás, inclito lect@r, no hay que escandalizarse tanto del peso que uno tiene, que al cabo usted no es quien nos soporta sobre sus cuerpecitos durante esas memorables noches de lascivia.

CAS

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